L’Home del vol vertical

Pere de Son Gall, fue un campesino de Llucmajor (Mallorca) con un cerebro privilegiado que deslumbrado por los avances de su tiempo, a principios del siglo XX, diseñó y construyó un prototipo de helicóptero. Este es el leit-motiv que nos empuja a contar una historia que va más allá de este fantástico suceso. Hemos rascado en la pasada centuria, desde el corazón de los años veinte hasta los días finales de la segunda república, unos años vertiginosos de ideas y progreso como no se había visto nunca, donde especialmente destacó la carrera aeronáutica que fue liderada por Francia y Estados Unidos. Pero sin embargo Pedro Sastre, en Pere de Son Gall, hizo que Mallorca también formara parte de esta carrera y es aquí donde nosotros incidimos en nuestra propuesta. Una propuesta en la línea de la compañía, que lejos de querer hacer un espectáculo anecdótico y decimonónico, -al margen de ser un trabajo históricamente riguroso dentro de las licencias que la ficción permite-, nos sirve para hablar de Mallorca, de los mallorquines y mallorquinas, de los temas que nos han desdibujado como sociedad, y nos han otorgado el sello de ser una tierra conservadora que prácticamente pasó de la actividad primaria al turismo, dejándose, mayoritariamente por el camino, la herencia cultural, rechazando la innovación tecnológica y vertiéndose a las desigualdades sociales.